PARECIDOS Y NO TANTO....
Y así podría seguir horas y horas buscando nuevos parecidos pero ya esta hirviendo el agua pa' el mate así que me voy nomas. El de el Coqui y el Angel no los pude encontrar che.Ayudenmennnn!!
Ahh me olvidaba....Biki te amo!
“CHICHI OKO”
Y si... Todos tenemos nuestro “Némesis” en la infancia... todos tenemos “esa persona” que está siempre ahí para decirte: -“bueno, acá estoy,... sonaste... -”.
Sin motivo u razón aparente simplemente lo odias (y el odio casi es mutuo.-
Tengo que reconocer que mi archienemigo era (y es) bastante especial. Digamos que yo no sobresalía del resto, pero tampoco era el mas odiado, sin embargo “Él” era uno de los pibes mas respetados y amados (por así decirlo) de la manzana. Aparte de sus netas habilidades para jugar a “la pelo” (así lo decíamos antes) tenia una extraordinaria puntería -solo basta mirar los cuatro puntos que tengo en el centro de la cabeza para certificar lo que estoy diciendo-.
Era una típica tardecita de barrio, los pibes alrededor de la pelota y “ÉL” gambeteando a medio mundo. Yo, para no pasar vergüenza (como siempre) me había atrincherado en el arco (nunca fui bueno para el fútbol) y pasados 15 min. ya me había “comido” un par de goles (como buen arquero le había echado la culpa a mi inútil e ineficaz defensa...un desastre!). Sigue el juego, “ÉL” muy guacho desparrama gente por todos lados y se me venía al humo. Achicando el ángulo, salgo despavorido a su encuentro, sin dejar de pasar la oportunidad de putear a mi defensor (Ulises, que como futbolista es un buen radiólogo).
Solo escuché algo...un par de palabras, no las entendí al momento, pero sabía que no podrían ser buenas...:
-“CHICHI OKO”!!!-dijo...
-HUUUUU!!!!- dijeron todos, y lentamente se fueron escabullendo como lauchas por tirante.
Sí.
Le había atajado un “mano a mano” a uno de los mejores- si no el mejor- de la manzana y su “chichi oko” era el grito que pegaba cuando realmente “estaba todo mal” o sea, se estaba por armar...
Solo atiné a correr y corrí como un condenado...Posta!...Como un condenado!
La situación estaba jodida, desde el arco a mi casa había un buen trecho- en ese momento me parecía que quedaba de Ushuaia a la Quiaca.
Y “ÉL”, sin apuro-pero sin pausa- buscaba el mejor proyectil, los cuales abundaban en nuestra “canchita”, para deleitar a los vecinos testigos que salieron (chismosos como siempre) para ver que “corno” pasaba.
Te juro que lo vi venir, por lo que mas quieras te lo juro. Cometí el peor error de un hombre en fuga:
ME DI VUELTA...
Era hipnotizante ver como alguien puede darle “vida” a un pedazo de ladrillo. En la canchita siempre había dos tipos de ladrillos, a saber; el “medio” y el “planeador”. El primero era para causar daños mayores (las viejas que siempre nos pinchaban las pelotas saben de esto) el segundo era para la precisión nomás y en este caso “ÉL”, era un francotirador.
La curva que hizo el planeador era indescriptible, por eso lo mire, lo mire, lo mire, lo mire... hasta que me estallo en la cabeza...
Sangre: poca.
Vergüenza: mucha.
Hace un par de años atrás mi hermana (ya recibida, gracias Dios) comenzaba sus practicas justamente en la escuela del barrio, justamente en “su” escuela.
Será el destino, será de Dios, pero al verla (luego ella me lo contó) “ÉL” solo atinó a hacerle una seña.
-¿ ?¿ ? (QUE DIABLOS HACÍA ALLÍ)
-Algún día voy a ser tu maestra – contestó mi hermana.
Mi hermana es a lo que antes llamábamos “maestra especial”. Es profesora de chicos con “capacidades diferentes”...
“EL”, Luquitas, es un chico con síndrome de Down.
Capacidades diferentes...
Doy fe....